Los dos Mulos
Caminaban dos Mulos, llevando su carga. Uno llevaba avena, e iba muy tranquilo mirando el paisaje satisfecho de la humildad de su misión. El otro
llevaba el dinero de los impuestos que su dueño había cobrado, e iba muy envanecido por tan preciosa carga, tanto que no deseaba que lo alivianaran de ella. Iba con paso firme, haciendo sonar alegremente sus cascabeles.
De pronto, asomaron unos cuantos ladrones de un cerro vecino, lo que, sin ocuparse del Mulo que llevaba la avena, se lanzaron sobre el otro para robarle el oro que transportaba. Su dueño quiso defenderlo y defenderse, pero los maltrataron y les quitaron cuanto llevaban. El Mulo, con una pierna rota, gemía y suspiraba:
-¿Por qué el otro escapó al peligro? ¡Ahí va, muy tranquilo, con su mísera carga intacta!
El Mulo que levaba la avena respondió a sus quejas:
-Amigo, no siempre es una ganga tener un buen empleo. Si sirvieras, como yo, a un molinero, no te habría pasado nada.